Usted, si...a Usted le hablo.
perdone si sueno insistente,

dormido, perdido o abrumado.

Corazón coraza,

benedetti,

mano temblorosa o pecho apretado.

Pero ayer, como a eso de las siete

sus pasitos se cruzaron con los míos

y de pronto volvió el suspiro

que había perdido en el pasado.

Yo no sé usted,

pero a mí no señorita...a mi no!.

Fíjese que el otro día no mas

muy campante y llena de flores

andaba usted desnuda por mis sueños,

y toda llena de risa me recitaba

versos negros, rojos y uno que otro
al llegar a mi oído se daba como 20

volteretas antes de transformarse en sentimiento.

Haa no! que falta de respeto,

yo con suerte me habré colado

en uno que otro suyo,

siempre vestido y compuesto.

a lo más sentado en una esquina,

con la pipa encendida...

sin perturbar su misterio.

Dios quiera que en ninguna pesadilla,

me acordaría de ello.

Pero eso no termina ahí,

hoy por la mañana

-y para que se figure no mas-

desperte apretadito a la almohada...

el muy tontito respirando hondo

porque sentía su pelo.

Lo tengo claro, era usted.

antes de despertar siempre vuelve a ser sueño.

como los versos que corren por sus venitas,

esas que se traslucen de sus manos

de tan nieve que es,

vuelves al mundo que te inspira

para forjar el recuerdo

que te sostiene antes del amanecer.

Así que asi van las cosas,

pero eso no queda así,

no señorita.

Hoy mismo, a eso como de las tres

me pego una arrancadita a su sueño,

que sé yo...

imaginamos juntos un café,

medio parisiense...como esos de las películas,

y en mitad de la cordillera,

con estrellas y bosques y ríos.

y por supuesto usted puede ir como quiera

desnuda o vestida o las dos cosas si quiere,

que importa,

allá le digo lo que siempre le digo,

y usted como siempre

me responde lo que ya sé.

A ver si esta noche

se conmueve con mi cariño,

y se despierte apretando la almohada

mientras yo a kilómetros,

muerto de la risa me tomo un café.

A ver si le gusta,

no era tan graciosita la niña...

asi mañana me llama
y nos volvemos a ver.